martes, noviembre 13, 2007

La niñez de la luz y la sombra:


Los adultos escuchan palabras, sin oírlas.
Los adultos leen palabras, sin sentirlas.
Los adultos pronuncian palabras, sin degustarlas.
Los adultos escriben palabras, sin olerlas.
Cuando los adultos conversan, ni se percatan de las palabras, por eso las palabras se marchitan de soledad y de tristeza.
Los adultos utilizan palabras sin amarlas. Así las palabras se estropean y envejecen.
Los niños son diferentes; los niños juegan con las palabras. El juego repara las palabras estropeadas. El juego desherrumbra las palabras viejas y les devuelve el brillo juvenil. El juego genera nuevas, increíbles, increíblemente bellas palabras.
Los niños escuchan las palabras. Las palabras son la música de las voces humanas.
Los niños sienten las palabras: ¿son blandas? ¿duras? ¿redondas? ¿puntiagudas?
Los niños degustan las palabras: ¿son dulces? ¿saladas? ¿agrias?¿amargas?
Los niños huelen las palabras. Las palabras son polen sobre las flores de las cosas.
Los niños aman las palabras. Por eso también las palabras aman a los niños.


Mensaje de IBBY 1997
Sección Eslovaca de IBBY
Escrito por: Boris A. Novak
Traducido por: Pavel Fajdiga.

No hay comentarios.: