martes, enero 09, 2007

El espejo de Borges: sus cuentos.



Yo sueño que estoy aquídestas prisiones cargado,y soñé que en otro estadomás lisonjero me vi.¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión,una sombra, una ficción,y el mayor bien es pequeño:que toda la vida es sueño,y los sueños, sueños son.
La vida es sueño. Calderón de la Barca.
Según el concepto del cuento construido gracias a los elementos teóricos planteados por diversos autores, hacen la definición reelaborada de cuento fundamental y a su vez integradora de las demás existentes, ya que comparten un espacio cíclico en donde se conforma un todo de imposible desmembramiento.
Consecutivamente se puede sostener la importancia del cuento como elemento narrativo primordial a la hora de definir las diversas tendencias literarias, junto a esto una gama representativa de la narrativa nos muestra la infinitud de interpretaciones del concepto y sus diversas bifurcaciones (cual cuento de Borges) permiten que se represente y se perfile en los caracteres del autor.
Es imposible un día sin noche o concebir al mar sin arena, pues así de inseparables son el cuento y sus matices de definiciones, aunque en esencia termine siendo una; la forma artística como es logrado cada cuento, sobretodo si estamos hablando de un autor como Jorge Luis Borges, cada cuento está colmado de una carga semántica autónoma y completa, lográndose así que el cuento tenga su propia interpretación y quizás no única explicación, obteniendo una complejidad demostrada a través de elementos estéticos y retórico por medio de recursos literarios. Cada cuento de Borges posee su propia esencia y su propia vida, la complejidad no logra transgredir la esencia irónicamente está diseñada para ese lector curioso, indagador, analítico y activo, en cierta forma especialista, ya que debe poseer la capacidad de sostener o refutar una creación borgiana.
Toda esta premisa hace que la producción del logro del efecto sea precisa y no se disgregue, es así como en La Biblioteca de Babel Borges construye a través de diversos momentos teóricos, a través de la geometría, las progresiones y en cierta forma las estadísticas, pasando por el plano metafísico un concepto de infinitud, toda la narración expuesta en dicho cuento tiene un fin único: la demostración de la infinitud vista como eternidad y en oposición a lo finito y extinguible de la humanidad; en La forma de la espada todo se transforma para darnos un cierre impactante, el lector de Borges crea e infiere su propia historia, sin embargo toda teoría y predicción ante Borges queda anulada. El efecto logrado por Borges contiene para el Lector una gran expectación e intriga para luego brindarnos la sorpresa o el prestigio en términos de magia. Borges demuestra su experiencia no sólo narrativa sino como erudito y dominador de diferentes áreas del conocimiento, como por ejemplo la lógica, la física y las matemáticas en general. Los cuentos son reflejos de Borges, son su espejo, una muestra de lo que él es y una sombra de lo que no es, todo contenido en uno solo, complejo y sencillo, lados opuestos conjugados en su obra narrativa. Todos estos factores contribuyen al desarrollo de un buen cuento que formule una teoría, la cual atrapa al lector mediante la trama, es cuando vemos en El Milagro secreto un trabajo sorprendente en donde los esquemas limitantes entre la imaginación y la realidad son relativos y se hacen uno solo. Si observamos el contexto que envuelve toda la cuentística de Borges obtenemos en cierta forma el esquema propuesto por el autor, es como este conjuga las ideas en un juego retórico donde la intencionalidad es universal, por la propia filosofía Borgiana. Con una visión global Borges describe a un hombre anónimo enfrentado a diversos planteamientos infinitos y laberínticos, oscuros en sí mismos, utilizando el autor un manejo del discurso representativo y singular el cual convierte su propia filosofía de vida en estructuras literarias y en un arte literario.
Es por ello que la finalidad estético pragmática es reiterativa en toda la extensión de la obra de Borges, el arte de la escritura como espejo de su integridad refleja de forma avasallante cada detalle y cada indicio de un destino incierto, catártico y reiterativo, donde se señalan factores constantes como lo son: la deseperanza, la duda, y todo lo relacionado con lo filosófico metafísico. Es la representación constante de un Borges preocupado no sólo por su época sino por una existencia que va más allá de un marco histórico, es la narración pautada por una preocupación universal.
Conocer la extensión en algunos casos nada breve de la cuentística de Borges nos pudiese hacer dudar del carácter breve en el cuento, sin embargo la extensión raya en los límites del desarrollo semántico narrativo, la prolongación de los cuentos respecto a otros no es elemento de censura, ya que se logra en el lector Borgiano un proceso de degustación de cada palabra, buscándose indagar más allá hasta lograr la resolución perfecta e inesperada.
Borges está reflejado en La forma de la espada al encontrarlo como aquel personaje interlocutor, siendo a su vez narrador autor, porque estos reflejos de un mismo prisma es Borges: porque con su cuentística dudamos o reafirmamos que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Jacqueline Ropain.

La locura, la soledad y la muerte:

en la obra cuentística de Cortázar y Quiroga.





“Del dolor de perder nace la obra” señala el psicólogo Phillipe Brenot en su libro El genio y la locura, es muy probable que esta sea la causa de la obra de Quiroga y en cierta forma sea el objeto de excepción expresado por Cortázar en su narrativa.

La cotidianeidad del autor va a estar reflejada en su experiencia narrativa, con su escritura, es por ello que la locura, la soledad y la muerte son elementos intrínsecos en la cuentística de Quiroga y Cortázar, en el primero la muerte forma parte de su vida, como señala Rosa Montero en su libro La loca de la casa:

“me parece que los narradores somos personas más obsesionadas por la muerte que la mayoría, creo que percibimos el paso del tiempo con especial sensibilidad o virulencia, como si los segundos nos tictaquearan de manera ensordecedora en las orejas”

Porque hablar de Literatura y escribirla, es hablar de la vida propia, de la felicidad y del dolor.
En el segundo caso, el de Cortázar, el delirio realista, la locura razonada y la visión onírica van a mostrarnos un narrador único, donde la contundencia del impacto, en cierta forma cercana a la realidad, una realidad estática suspendida en el aire con atmósfera fantástica.

En el cuento Casa Tomada tal como lo señala Benedetti: Lo fantástico no es lo que ocurre, sino lo que amenaza de ocurrir. En el relato se nos refleja algo, un elemento que no se muestra completamente, un reflejo, una sombra que produce paranoia, locura o simplemente intimidación; un misterio que toma una casa, unas vidas, unos recuerdos, la presencia de la soledad.

Por el contrario en La autopista del sur no existe soledad, hay una multitud desesperada, obligada a permanecer estática, a interrelacionarse y comunicarse, hacerse humanos a través de la palabra, en ese huracán de desesperación e impaciencia la muerte se hace presente, un pasajero no soporta más y se libera de la espera, obteniendo el autor el logro del efecto en su obra.

La noche bocarriba es la máxima representación del elemento sorpresa en el cuento, donde la experiencia narrativa se denota perfectamente. El contexto en el cual nos narra Cortázar La noche bocarriba nos hace dudar y equivocarnos en nuestra deducción y predicción anticipada de la lectura, nuestro posible final es nada frente al realizado por el autor, porque lo fantástico se hace real y el manejo prospectivo del tiempo nos deja desarmados.

En Cortázar, la brevedad es relativa, algunos de sus cuentos son extensos sin rayar en los extremos, sin embargo la longitud es necesaria y justificada para lograr la comprensión y el efecto en el lector.

Así como en la narrativa de Borges los espejos reflejan su ser, en la obra de Quiroga: la muerte es la imagen recíproca de su vida: Su experiencia de muerte es marca en el contexto psicológico de los personajes de A la deriva, El hijo y el Almohadón de plumas por citar algunos, donde el contexto físico actúa como personaje brindando en algunos pasajes compañía y en otros soledad hasta el delirio o hasta la locura temporal.

La locura, lo psicótico son elementos estéticos que decoran y construyen la narración.

La realidad con visos de delirios, que unen semánticamente la obra de estos dos escritores latinoamericanos es lo que califica de fantástico a los cuentos “por falta de mejor nombre” según Cortázar.

En conclusión el efecto fantástico ( logro del efecto) y la circunstancia de la creación (la experiencia narrativa) se combinan para crear textos cuya finalidad estético pragmática logra cotidianizar la muerte y tomar al lector, confundiendo su realidad, llevándolo a la soledad, la locura o la muerte por inmersión en los cuentos.


Jacqueline Ropain